Marchitez por Fusarium

Al observar tus plantas, puedes encontrar algo desalentador: un marchitamiento inexplicable, incluso con un riego adecuado. Podría tratarse de la marchitez por Fusarium, una enfermedad que no solo disminuye estéticamente el vigor de las plantas, sino que también puede ser devastadora para los cultivos.

¿Qué es la Marchitez por Fusarium?

La marchitez por Fusarium es una enfermedad vascular provocada por un hongo del género Fusarium, que invade y obstruye los vasos xilémicos de la planta impidiendo el flujo normal de agua y nutrientes. Esta enfermedad afecta a muchas especies vegetales, incluidos cultivos importantes como tomates, pepinos y plátanos. Es conocida por ser particularmente resistente y difícil de erradicar una vez que se establece en el suelo o en la planta.

Ahora bien, ¿cómo puedes determinar si tus plantas sufren de marchitez por Fusarium?

marchitez por fusarium

Síntomas

La marchitez vascular causada por Fusarium oxysporum es una de las enfermedades más comunes y destructivas que afectan a diversas especies de plantas, especialmente cultivos como el tomate, el plátano, el melón y el pimiento. Los síntomas suelen comenzar de forma sutil y progresan rápidamente si no se toman medidas.

Entre los principales signos que pueden ayudarte a identificar esta enfermedad, se incluyen:

  • Marchitamiento parcial o total de las hojas, incluso cuando hay suficiente agua disponible.

  • Amarillamiento progresivo, que generalmente comienza en las hojas inferiores y asciende.

  • Oscurecimiento de los vasos conductores al cortar el tallo; se observa una línea marrón o negruzca en el interior.

  • Detención del crecimiento y debilitamiento general de la planta.

  • En casos avanzados, la planta colapsa por completo, secándose desde la base hacia arriba.

Reconocer estos síntomas a tiempo es clave para actuar antes de que el hongo se propague.

Tratamientos

El tratamiento de la marchitez por Fusarium requiere una combinación de acciones culturales, biológicas y químicas. Aquí te explicamos cuatro enfoques útiles:

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Uso de fungicidas específicos

Aunque Fusarium vive principalmente en el suelo y es difícil de erradicar completamente, algunos fungicidas pueden ayudar a reducir su presencia:

  • Productos a base de azoxistrobina, fludioxonil o propiconazol pueden ser efectivos, sobre todo cuando se usan en etapas tempranas.

  • Es importante seguir las dosis recomendadas por el fabricante y rotar principios activos para evitar la resistencia del hongo.

Control biológico con microorganismos

Algunas bacterias y hongos benéficos ayudan a competir contra Fusarium en el suelo:

  • Trichoderma harzianum: un hongo antagonista que coloniza las raíces y desplaza al patógeno.

  • Bacillus subtilis: estimula las defensas naturales de la planta y mejora la salud del sustrato.

Estos tratamientos son amigables con el medio ambiente y cada vez más utilizados en agricultura orgánica.

Mejorar el drenaje y la aireación del suelo

Un entorno con exceso de humedad favorece el desarrollo de Fusarium. Por eso es clave:

  • Evitar el encharcamiento mediante un riego adecuado.

  • Usar sustratos con buena estructura y materia orgánica bien descompuesta.

  • Incorporar perlita o arena para mejorar la porosidad del suelo.

Esto crea condiciones menos favorables para que el hongo se instale y se propague.

Eliminación de plantas infectadas

Una planta enferma puede actuar como reservorio del hongo. Para evitar que la enfermedad se propague:

  • Arranca de raíz las plantas afectadas, sin sacudir el suelo.

  • Quémalas o deséchalas lejos del cultivo (no compostarlas).

  • Desinfecta las herramientas que estuvieron en contacto con estas plantas.

¿Cómo prevenir la marchitez vascular?

Prevenir es siempre más fácil (y más barato) que curar. Aquí tienes algunas estrategias eficaces para evitar la aparición de la marchitez por Fusarium en tus cultivos:

  1. Rotación de cultivos: alterna con especies no susceptibles durante al menos 3 años para reducir la carga del hongo en el suelo.

  2. Uso de variedades resistentes: muchas semillas comerciales ofrecen resistencia genética a Fusarium oxysporum.

  3. Esteriliza el sustrato: especialmente en cultivos en macetas o semilleros, usa tierra nueva o esterilizada.

  4. Mantén una buena higiene agrícola: lava las herramientas, evita la compactación del suelo y limpia restos vegetales del campo.

  5. Controla las condiciones de cultivo: un entorno saludable fortalece las defensas naturales de la planta.

Implementar estas prácticas de manera constante ayuda a crear un sistema más resiliente frente a enfermedades del suelo como esta.

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