Cuidados de la Clivia

Resistente, elegante y con una floración que roba miradas, la Clivia transforma cualquier espacio con muy poco esfuerzo. Solo necesita algunos cuidados clave para lucir en todo su esplendor.
Can Juanito Vivers

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La Clivia es una planta de interior ideal para aquellas personas que quieren decorar de forma natural el interior de sus hogares. Al ser una planta originaria de Sudáfrica, es reconocida por tener una gran resistencia y, lo mejor de todo, es que es una planta con flor.

Sus flores naranjas con un centro amarillo y sus largas hojas de un color verde oscuro, la hacen muy llamativa. Este gran contraste, hace que sea una planta muy hermosa. Por ello, si quieres tenerla en casa, tienes que estar al tanto de los cuidados de las Clivias y en Can Juanito te hablaremos de los más importantes.

¿Cómo cuidar la Clivia?

Aprender cómo cuidar la Clivia es un paso fundamental antes de decidir sembrarla en casa. A pesar de que se trate de una planta resistente, lo cierto es que es fundamental brindarle algunos cuidados básicos para que no se vaya a secar y pueda crecer sana y fuerte.

Así que, existen diversos aspectos a tener en consideración como la cantidad de riego, el tipo de sustrato que necesita, la frecuencia de riego y el tipo de espacio ideal donde tiene que crecer.

Por suerte, la Clivia no es exigente y con tan solo unos pocos cuidados, podrás tener una planta de interior hermosa para llenar de color cualquier habitación de tu hogar.

Cuidados de la Clivia que no puedes pasar por alto

La Clivia Miniata es una planta fácil de cuidar, ya que su gran resistencia le hace mantenerse sana incluso en climas que suelen ser muy fuertes. Así que, si quieres verla florecer dentro de tu hogar o en tu patio, no tienes que ser un experto en jardinería para cuidarla, tan solo tienes que estar al pendiente de estos cuidados comunes de la Clivia:

Cuidados de la Clivia

¿Dónde ubicar la Clivia?

A pesar de que suele ser reconocida de forma principal como una planta de interior, la Clivia también puede crecer bien en los exteriores, pero bajo ciertas condiciones, ya que no tolera la luz solar directa. Por ello, lo ideal es colocarla en un lugar donde reciba luz indirecta, como cerca de una ventana orientada al norte o al este. Evitar la exposición directa al sol es fundamental, ya que puede quemar sus hojas, dándoles un tono marrón.

En exteriores, es recomendable colocarla en zonas de semisombra, como bajo árboles o arbustos, para que esté protegida del sol directo y pueda recibir una iluminación natural pero filtrada. También podría crecer en una terraza o jardín si tiene la suficiente sombra. La Clivia prefiere temperaturas de 15 a 20° C, aunque puede tolerar hasta 5°C sin problemas. De hecho, si en tu región pasan meses a una temperatura muy fría y utilizan calefacción en el interior, lo ideal es que la alejes de esa zona, porque puede afectar a la planta.

¿Dónde sembrarla? Maceta o suelo

La Clivia se puede cultivar tanto en maceta, como en el suelo. Sin embargo, las macetas son la opción preferida para controlar mejor el crecimiento de las raíces y facilitar su traslado a interiores en caso de condiciones climáticas adversas o cuando tengas que sacarla al exterior para que reciba más luz, pero tienes que elegir una maceta que le pueda ofrecer un buen drenaje a la planta.

Al elegir una maceta, es importante que tenga un buen drenaje para evitar el encharcamiento. Las raíces de la clivia son carnosas y pueden pudrirse si permanecen en agua estancada. Si optas por plantarla en el suelo, asegúrate de que sea en un terreno bien drenado con un sustrato universal y protegido de heladas en invierno, ya que la Clivia no tolera bien las temperaturas extremadamente bajas.

¿Cómo regar la Clivia?

El riego de la Clivia debe ser moderado y controlado, ya que es susceptible a la pudrición de raíces si recibe mucha agua. Durante la primavera y el verano, estará en su fase de crecimiento activo, por lo que tendrás que regar la planta de forma más frecuente, generalmente cada 7 o 10 días. Es importante dejar que la superficie de la tierra se seque ligeramente entre riegos, ya que esta es la señal perfecta para determinar que presenta falta de agua.

En otoño e invierno, cuando la Clivia entra en un periodo de descanso, el riego debe reducirse considerablemente, regándola solo cuando la tierra esté casi seca, cosa que puede ser cada 15 días aproximadamente. Este descanso es esencial para fomentar la floración en la siguiente temporada. Recuerda siempre regarla desde abajo o evitar que el agua caiga en el centro de la planta, ya que si las hojas de la Clivia se mojan en exceso, puede padecer de enfermedades como hongos.

¿Cuánta luz necesita la Clivia?

La Clivia requiere luz indirecta para crecer saludablemente y florecer en todo su esplendor. Demasiada exposición directa al sol puede dañar sus hojas, mientras que la falta de luz afecta su capacidad de florecer. Si la tienes en interior, colócala en un lugar iluminado donde no reciba luz solar directa, bien sea cerca de una ventana o en el balcón.

Para quienes cultivan la Clivia en exteriores, es importante ubicarla en zonas de sombra parcial, donde reciba luz de manera indirecta. Recuerda que la luz es clave para la floración de la Clivia, así que es fundamental encontrar un balance adecuado para así lograr que crezca bien su tallo, sus hojas alargadas y llegue en perfecto estado a su época de floración.

¿Cómo es el proceso de abonado de la Clivia?

El abonado es esencial para una floración saludable de la Clivia. Durante la primavera y el verano, se recomienda usar un abono líquido equilibrado cada 15 días con un abono diluido en el agua de riego. Puedes optar por un fertilizante rico en potasio y fósforo, ya que estos nutrientes favorecen la floración y el desarrollo de la planta.

En otoño, reduce la frecuencia de abonado a una vez al mes, y en invierno, es mejor detener el fertilizante para permitir que la planta descanse. Evita el exceso de fertilizante, ya que puede acumular sales en el sustrato, afectando las raíces de la Clivia.

¿Cuándo inicia la floración de la Clivia?

La llamativa floración de la Clivia ocurre normalmente a finales de invierno o principios de primavera, y uno de los factores clave para este proceso es el periodo de descanso en otoño. Durante este periodo, la planta debe recibir menos agua y fertilizante, además de estar en un ambiente más fresco. Este descanso estimula la producción de flores, asegurando que vuelva a florecer de forma más abundante y colorida.

Cada tallo puede producir entre 10 y 20 flores de colores vibrantes, como el naranja o el rojo. La duración de la floración puede variar según las condiciones de cuidado, pero en general, cada flor puede mantenerse abierta por varias semanas, lo que permite disfrutar de su belleza durante un largo periodo. Además, recuerda limpiar las hojas con frecuencia para mantenerla más hermosa.

¿Cuándo es buen momento para trasplantar la Clivia?

Al tomar en cuenta los cuidados de las plantas, tienes que saber que es recomendable trasplantarla cada cierto tiempo. En este caso, la Clivia puede trasplantarse después de la floración, generalmente en primavera, cuando su periodo de descanso ha finalizado y comienza su fase de crecimiento activo. Este es el momento óptimo para cambiarla de maceta o de ubicación en el suelo, ya que la planta estará en condiciones de adaptarse mejor a su nuevo entorno sin comprometer su desarrollo ni su floración futura.

Lo recomendable es trasplantar la Clivia cada dos años, porque de esa manera lograrás que tenga un crecimiento sano y que sus raíces se mantengan en buen estado. A pesar de que las Clivias son plantas resistentes, necesitan de tu ayuda para continuar con su crecimiento.

Enfermedades más comunes de la Clivia

Las enfermedades de la clivia no son frecuentes, aunque pueden aparecer ocasionalmente si no se toman las precauciones necesarias. La plaga más común es la cochinilla algodonosa (Pseudococcus citri), que se aloja principalmente en la base de las hojas, siendo difícil su eliminación. Para combatirla se pueden utilizar tratamientos específicos con malation, fosdrin o dimetoato.

Además, es susceptible al ataque del hongo Colletotrichum cliviae, que causa manchas marrones longitudinales en las hojas y se controla eficazmente aplicando oxicloruro de cobre, zineb o captan. Es importante evitar la exposición directa al sol, que provoca amarillamiento y deshidratación en las hojas, así como mantener una nutrición adecuada para prevenir carencias nutricionales.

Conclusión

La Clivia es una planta relativamente sencilla de cuidar si se le brindan las condiciones adecuadas. Desde la elección del lugar de siembra, la cantidad de agua y luz, hasta el abonado adecuado y el descanso en invierno, cada cuidado es crucial para el desarrollo y la floración de la planta. Esta planta no solo es una excelente opción decorativa, sino que también recompensa con una impresionante floración que aporta color y vida a cualquier espacio.

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