La albahaca es una de las hierbas aromáticas originaria del mediterráneo más populares en la cocina y en el jardín. Su aroma fresco y su sabor inconfundible la convierten en un ingrediente esencial en muchas recetas, pero también es una planta que aporta un toque verde a cualquier espacio.
Aunque no lo creas, cultivar albahaca en casa es más fácil de lo que parece; con los cuidados adecuados, podrás disfrutar de hojas frescas y fragantes para tus platillos favoritos durante todo el año. Por ello, hoy en Can Juanito, te enseñaremos todo lo que necesitas saber para mantener tu albahaca sana y fuerte, desde los cuidados básicos hasta la forma correcta de podarla y cultivarla.
¿Cuáles son los cuidados de la albahaca?
La albahaca es una planta aromática que puede ser de interior o exterior, pero necesita que algunos cuidados básicos le sean garantizados. Además, se trata de una planta de temporada o planta anual, porque puede mantenerse viva a lo largo de todo un año, pero cuando llegue su momento la planta morirá. Por ello, para saber cómo cuidar la albahaca y hacer que dure el mayor tiempo posible, hay algunos aspectos importantes a tener en consideración para mantenerla sana y esos son:
Cantidad de luz
Lo primero que tienes que saber es que se trata de una planta que ama la luz. Por lo tanto, para crecer fuerte y sana, necesita recibir al menos seis horas de luz solar directa al día. Si la cultivas en interiores, colócala cerca de una ventana donde reciba abundante luz. En caso de que la luz natural no sea suficiente, puedes optar por una lámpara de cultivo para asegurar que la planta tenga la cantidad de luz necesaria.
Ahora bien, si la vas a sembrar en el jardín, lo mejor es ubicarla en un espacio donde reciba luz solar directa, sin importar el tipo de clima de tu zona, incluso puede crecer bien en regiones tropicales. La luz es fundamental para el desarrollo de las hojas y el sabor de la albahaca, por lo que vale la pena asegurarse de que reciba suficiente cada día.
Cantidad de riego
El riego de la albahaca es otro factor crucial para su salud, ya que esta planta necesita de un riego frecuente, pero moderado; la tierra debe estar húmeda, pero nunca encharcada. Un buen truco es comprobar la humedad de la tierra introduciendo un dedo aproximadamente dos centímetros en el sustrato: si está seco, es momento de regar, si no lo mejor es esperar un poco más, porque el exceso de agua puede encharcarla y generarle daño a las raíces.
Durante los meses más calurosos, puede requerir riego diario, mientras que en épocas más frías se puede reducir a cada dos o tres días. Es importante regarla por la mañana para que el exceso de agua se evapore durante el día, evitando así problemas de hongos. Además, lo ideal es que selecciones una maceta con buen drenaje.
Ubicación
Para conservar la albahaca en un buen estado, tienes que ubicarla en un lugar donde pueda quedar expuesta al sol y tenga buena ventilación, pero protegido de corrientes de aire fuertes. Si la cultivas dentro de casa, asegúrate de que esté lejos de corrientes frías, como las que se generan cerca de ventanas o puertas abiertas.
En exteriores, un balcón o terraza soleada es un excelente lugar. La albahaca es una planta de clima cálido y no tolera bien el frío, así que, si vives en una zona donde las temperaturas bajan mucho, es recomendable mantenerla en un lugar protegido o trasladarla al interior en los meses de invierno, ya que no soporta las heladas.
Sembrarla en tierra o maceta
Al pensar en cómo plantarla, tienes que tener en consideración que la albahaca puede crecer bien tanto en tierra como en maceta. Si optas por plantarla directamente en el suelo de tu jardín, asegúrate de que la tierra sea rica en nutrientes y tenga buen drenaje. En cambio, si decides cultivarla en maceta, elige una que tenga agujeros de drenaje en la base y llénala con un sustrato fértil y bien aireado.
Las macetas de barro o cerámica son ideales, ya que permiten que el sustrato respire mejor. En general, la albahaca prefiere espacios amplios para crecer, así que si planeas cultivar varias plantas, procura que cada una tenga suficiente espacio para desarrollarse. Si vas a cultivarla por semillas, puedes hacer un semillero para germinarlas y trasplantarla cuando ya tenga raíces. Recuerda que puedes recoger las semillas de las flores de la albahaca.
¿Cómo podar la albahaca correctamente?
La poda es otra de las prácticas esenciales para cuidar una planta de albahaca. Podarla correctamente estimulará el crecimiento de nuevas ramas en el tallo y evitará que se vuelva demasiado alta y delgada. Aquí te explicamos cómo podarla de forma adecuada:
- Empieza pronto: cuando la planta tenga unos 15 centímetros de altura, puedes empezar a podarla. La poda temprana estimula el crecimiento de más ramas y evita que la planta se estire demasiado.
- Corta por encima de los nudos: la mejor manera de podar es cortar por encima de los nudos de la planta, es decir, las uniones de las ramas. Esto hará que la planta desarrolle más ramas desde esos puntos, lo que dará como resultado una planta más frondosa. Procura no cortar de forma directa el tallo principal.
- Elimina las flores y ramas secas: si bien las flores de la albahaca son bonitas, consumen mucha energía de la planta y afectan el sabor de las hojas. Corta las flores en cuanto empiecen a aparecer para mantener el sabor de la planta y que pueda permanecer en buen estado por más tiempo. También tendrás que retirar las ramas secas y las malas hierbas que hayan aparecido en la tierra.
- Usa tijeras limpias: es importante que las herramientas que uses para podar estén limpias y desinfectadas, para evitar la transmisión de enfermedades. Las tijeras de jardín son ideales para cortar de forma precisa sin dañar la planta.
¿Cómo cultivar una planta de albahaca?
Plantar tu albahaca es una tarea muy sencilla y puedes hacerlo tanto a partir de semillas como de esquejes. Aquí te explicamos cómo debes realizar de forma adecuada ambos métodos:
- A partir de semillas: para plantar albahaca desde cero, esparce las semillas en un sustrato húmedo y cubre ligeramente con una fina capa de tierra. Mantén el sustrato húmedo, pero sin encharcarlo. En aproximadamente dos semanas, las semillas comenzarán a germinar. Asegúrate de colocarlas en un lugar donde reciban luz y calor para favorecer su crecimiento, incluso puede crecer dentro de un invernadero.
- A partir de esquejes: si tienes una planta de albahaca y quieres reproducirla, puedes cortar un esqueje de aproximadamente 10 centímetros de largo. Colócalo en un vaso de agua y cambia el agua cada pocos días. En unos 7-10 días, el esqueje empezará a desarrollar raíces. Cuando las raíces sean visibles y tengan unos centímetros de largo, puedes plantarlo en una maceta con tierra.
Una vez que tengas tu planta establecida, sigue los cuidados básicos de luz, riego y poda para mantenerla sana. La albahaca es una planta que crece rápido, así que podrás disfrutar de tus primeras hojas frescas en cuestión de semanas.
Conclusión
No importa la variedad de albahaca que hayas decidido sembrar, bien sea la basilicum o la albahaca morada o púrpura, los cuidados esenciales son los mismos. La albahaca necesita estar en un espacio donde reciba sol y necesito riegos en cantidades moderadas. De esa manera, podrás contar con una planta sana por mucho tiempo y utilizar sus hojas para condimentar una salsa o preparar una ensalada.