En el mercado existen multitud de tipos de flores y plantas, pero a la hora de elegirlas, lo importante es escoger las que hayan sido cultivadas de una manera ecológica.
También puedes cultivarlas tú mismo en una mesa de cultivo, en una jardinera, en el balcón o en el interior de casa, para así tenerlo más a mano.
Su forma de morro o boca de dragón hace que se denomine así a la Antirrhinum majus y sus colores van desde el amarillo hasta el granate. Resulta una flor perfecta para carnes, pescados, guisos, ensaladas e incluso postres.
Su sabor se diferencia según la especie que sea, de suave a muy fuerte. Además de aportar a los platos un toque de distinción, de color y fragancia, también aportan una fuente rica en vitaminas, minerales, proteínas, grasas, almidones, y aminoácidos, muy beneficiosos para el organismo.
Recuerda siempre tartar estar plantas con abono natural, que sea apto para el cultivo ecológico, sin aditivos químicos.
Por si eres de los que no se atreve con estas “nuevas formas de cocinar”, ten presente que desde siempre han formado parte de nuestra dieta, aunque no nos diéramos cuenta, la alcachofa, la coliflor, el brócoli, el clavo de olor y el azafrán son una muestra de ello.
Aquí te dejamos algunas imágenes para que tu imaginación se ponga en marcha para cocinar algo rico y colorista.
Y recuerda no debes ir probando flores a no ser que sepas que son comestibles ya que existen los siguientes riesgos:
- Hay flores que se beben y flores que se comen y se utilizan tanto en entrantes como en postres.
- Se debe tener en cuenta que no se puede comer cualquier flor del jardín, porque hay muchas que son realmente tóxicas.
- Utiliza las flores en su justa medida, de deben realzar el sabor del alimento sin taparlo.
- El sabor de la mayoría de las flores comestibles es muy similar al de su aroma.
- Por ello, es que nuestro mejor consejo es probar varias de ellas para así conocerlas y saber cuáles te gustan más.
- Escoger las que estén en perfecto estado y las de mejor olor.
- Desechar los pistilos y la base blanca de los pétalos porque suelen tener un sabor algo amargo.
Antes de usarlas hay que lavarlas bien con agua fresca y con cuidado para no estropear los pétalos. Una vez limpias, para que se sequen hay que colgarlas por el tallo para que escurran bien o secarlas con papel absorbente.